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Hola, compañeros y compañeras, visitantes y demás a otro artículo más de mi vida en bits. Hace unas horas ví una película que me ordenó mis ideas en una secuencia y red organizada, tal cual el sistema que forma y estructuriza el cerebro humano y del reflejo de la supuesta realidad en él. El diseño que tenemos de nuestra red corporal cambia constantemente, tanto afuera como adentro. La lágrima derramada, el grito de pasión, la mirada del entendimiento, los ojos de la paz, todo es energía y todo es materia transportada, consumida y combustionada en nuestro propio laboratorio químico, el vaso que retiene nuestro alma y el vidrio que le da su forma, nuestro cuerpo.

La realidad es una cosa abstracta, pero no podemos decir que es algo que no existe, es algo intangible e indescriptible. Sabemos que el mundo real porque interactuamos con él con nuestros sentidos. Sabemos que nosotros existimos porque lo sentimos y vemos el reflejo de nosotros mismos en la mirada de otros y porque podemos forjar nuestro camino por este grano de arena en que nos tocó vivir. La realidad evoluciona y se mueve por que la mente está en movimiento, porque reconstruye la información que recibe de nuestros sentidos y lo envía a nuestro ser, que no es nada más que energía, como una flama que nace en la cima de una vela y luego muere para reintegrarse al ambiente de alguna forma, combustionándose.

La realidad es en sí indescriptible, si pudieramos escribir lo que hemos concluido por medio de un laborioso e impresionante razonamiento, no llegaríamos a nada, porque es un ciclo interminable, tanto como los cañones de Bach, como las escaleras descendientes de Escher y la vida misma. El ciclo es interminable, pero a nosotros nos toca muy poco tiempo y espacio para observar una sola fracción de un ciclo gigantesco con ciclos internos y más ciclos inferiores. Nacemos, evolucionamos, heredamos nuestro legado genético, cultural y científico a las nuevas generaciones y morimos, integrando nuestro vaso corporal al mundo que nos vió nacer hasta introducirse en otros ciclos. Como un diseño elaborado con arena, que sólo existirá formando un diseño y que luego será borrado, como un pájaro cayendo después de ser interceptada por un antiecologista cazador, como una flama muriéndose al combustionarse incomplétamente, como un foco que tiene su circuito abierto por un interruptor. La impermanencia (impermanence) es breve como un respiro, simplemente. Nuestra alegría por ella es la oportunidad que nos ha concedido para maravillarnos por el existente universo de la explosiva existencia. Luego, las ventanas se cerrarán y habrán pies y pies de tierra que nos cubrirán y más tarde seremos materia circulando incansablemente en un ciclo biogeoquímico. Simplemente, la vida es el don más apreciado que el Señor de lo existente nos ha regalado con la única condición es de nutrir a las especies que comforman el multicolorido mundo de la realidad, en su aspecto físico, espacial y emocional. Demos gracias al Señor que ha fabricado la obra más hermosa y precisa de todos los tiempos, la vida, la materia y la energía. El Señor no necesariamente debe ser cristiano, ni panteísta, el Señor sólo es él mismo si creemos que él existe, y así mantendrá su integridad y su existencia, sin importar de qué manera creemos que es.

En fin, perdónenme, voy a entrar al tema que quería compartir con ustedes.

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